La gestión de residuos peligrosos es un conjunto de procedimientos destinados a retirar, de las industrias, los residuos que suponen algún peligro para la salud, el medioambiente o la seguridad. Para poder retirarlos, es necesario seguir unos protocolos que garanticen un manejo seguro de estos componentes.
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¿Qué componentes se consideran peligrosos?
Aquellos componentes que representen algún peligro se consideran peligrosos. Si se trata de compuestos químicos explosivos, oxidantes, inflamables, corrosivo, tóxico, infeccioso, mutágeno o cualquier componente que mita gases o residuos con estas características, está considerado dentro la lista de materiales peligrosos.
Las industrias no deben hacerse cargo de la gestión de materiales peligrosos, sino que deben contratar empresas especializadas en seguir el protocolo reglamentado por la normativa vigente. Algunos de estos compuestos considerados peligrosos son el amianto y la uralita.
Sin embargo, en líneas generales, la retirada de estos químicos peligrosos debe hacer siguiendo un protocolo de recogida, envasado, y etiquetado adecuado para cada tipo de material, así como contar con la documentación pertinente para cada compuesto.
¿Cómo se gestiona la retirada de amianto?
Para una correcta retirada del amianto, el primer paso es el correcto envasado del compuesto. Para ello, hay que usar envases que sean estancos, a la vez que no sean susceptibles de pérdidas de fibras o polvo. Generalmente, para ello se usan sacos big bag o bidones de boca ancha.
El segundo paso es el etiquetado. Debido a su peligrosidad, estos residuos deben ser etiquetados correctamente, con el código LER y el código de identificación correspondiente al tipo de residuo del que se trata.
El tercer paso se corresponde con la documentación. Es necesario contar con una solicitud de admisión del residuo amianto, el documento de aceptación de residuos de amianto peligrosos, una notificación de traslado dirigida a la autoridad ambiental y el documento de control y seguimiento del procedimiento.
Por último, al finalizar el traslado, la empresa debe asegurarse de contar con el certificado final de la correcta gestión de residuos con amianto.
¿Cómo se gestiona la retirada de uralita?
Como con cualquier material peligroso, la retirada de la uralita no debe hacerse sin contar con una empresa especializada. Según el Real Decreto 396/2006 del de 31 de marzo, se debe impedir la contaminación del aire utilizando un sistema de extracción que permita retirar las fibras.
Estos materiales retirados deberán almacenarse en contenedores cerrados, los cuales, al igual que en el caso anterior, deben estar correctamente identificados con los códigos correspondientes. La retirada no es un procedimiento complicado en sí. Sin embargo, sí resulta necesario seguir unas precauciones minuciosas.
Luego, deben trasladarse a vertederos autorizados para la gestión adecuada de este compuesto, contando con la misma documentación indicada anteriormente.
En síntesis, las industrias deben asegurarse de contar con empresas externas especializadas en la recogida y traslado de estos residuos peligrosos.
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